POR EL SEMILLERO ANOMALÍA: Andrés Ospina, Jhon Triana y Elizabeth Vargas
TUTOR: Camilo Cornejo
TRABAJO DE GRADO DESDE SEMILLERO DE INVESTIGACIÓN – DISEÑO GRÁFICO
En marco a la transferencia cultural colombiana, en una sociedad carente de identidad propia, las orquídeas como símbolo patrio de la nación, pese a estar inmersas en el desconocimiento y olvido, se ven sesgadas a ser visualizadas únicamente por la icónica cattleya trianae. Sin embargo, estas ofrecen un sin número de posibilidades para generar la apropiación cultural que el diseño, desde la comunicación gráfica puede proporcionar potencializando su divulgación, con un lenguaje interpretativo, donde la estética y semiótica son elementales para implementar un discurso consistente desde la gráfica y la sensibilidad sensorial del autor.
La estética hispérica es utilizada desde la analogía que se presenta a partir del contexto social europeo a lo largo de la edad media y la relegación de la orquídea en la sociedad colombiana; por consiguiente, se obtienen resultados que reflejan dicha relación, donde trazo y color en ilustración y diagramación, evocan desde la plasticidad del elemento una descontextualización a la imagen propia del ambiente orquideario colombiano, ya que no se muestran de manera convencional, porque en correlación al discurso que propone Anomalía, la ausencia de belleza en dichas especies es alegóricamente la intencionalidad del olvido al que la sociedad colombiana de manera indirecta, las tiene sometidas.
Se percibe a partir de la investigación, que no es realmente pertinente abarcar las 4.270 especies de orquídeas en Colombia, ni tampoco las 1.572 endémicas en la nación, sino que de manera aleatoria y arbitraria, cada autor, por morfología y atracción elige a la suya para potencializar la experiencia propia del individuo, aterrizando en cuentos cortos la observación realizada, donde la valides de los devenires del autor toman sentido cuando son expuestos en relación a la planta, fundamentando la apropiación que de manera personal se realizó. Se ratifica entonces, que desde la experiencia estética en comunicación visual se puede generar la transferencia cultural colombiana, más allá de un discurso botánico con lenguaje científico.
Es entonces que, para propiciar en un ámbito social la transferencia cultural en torno a un elemento, idea, conceto, acción, etc. Son pertinentes las interpretaciones que el individuo puede otorgar; el lenguaje convencional propio del ser humano, hace que se perciba la identidad de una sociedad, donde el ser y sentirse parte es importante. Los conceptos y elementos exclusivos siempre se verán relegados y la magia que estos contienen no se podrá aprovechar al máximo, a menos que por afinidad se encuentren los puntos de conexión, fortaleciendo su apropiación en un espacio común.