Es muy interesante ver y comprender porque no todos los seres humanos vemos las cosas de la misma manera, es la percepción que nos muestra la exposición de la Galería Fernando Soto Aparicio la palabra “imaginarios” parte de la idea que llevamos en nuestra cabeza y es algo que muchas veces no existe o tiene determinado tiempo en cumplirse, por otro lado la palabra “urbanos” a entendimiento personal hace alusión a la ciudad a la parte externa de nuestro mundo algo que muchas veces no tiene la suficiente importancia pero como se menciona en el libro esto tiene su luz la irradiación y eso hace que esto tenga su propia belleza. La exposición hace que definitivamente viajemos en estas imágenes, la primera parte habla sobre lo que la religión representa en si a ojos de los demás y en criterio personal de su expositor quien nos da a entender que muchas veces podemos inclinarnos por un tema teniendo un trasfondo de las cosas como el hecho de decir “Yo crecí en este mundo en el cual la RELIGIÓN era parte fundamental de vida”podemos identificar que este entorno puede llegar a ser un estudio el cual puede hacer que sobresalgan ciertos criterios en los cuales podríamos debatir ¿Como se ve la situación desde este mundo interno? o ¿Qué opinión y criterio tiene el mundo externo?, ese mundo que hoy en día vivimos y que tiene cantidades de cosas por decir frente a este tema, la segunda parte entra en contexto a las zonas culturales de la ciudad de Bogotá como se mencionó la catedral primada que hace que de inmediato viajemos a el extenso mundo de la religión, las creencias y de una u otra manera la VIDA podemos identificar el contexto de pobreza que en esta zona se puede ver estando tan cerca de una potencia económica se puede ver las condiciones en las que muchos seres humanos viven LA INDIGENCIA y lo ajenos que llegamos a ser con esto, lo normal que puede ser para aquellas personas que trancintan estas zonas día a día y que es algo COTIDIANO que no llega a tener el mas mínimo impacto, lo critico y terrorífico que debe ser vivir en estas condiciones y mas en un lugar que es TURÍSTICO el cual tiene la mirada de infinidad de personas y que en realidad no llegan a ver la complejidad del caso, esto debería causar en esta sociedad tan perfeccionista infinidad de emociones, pero definitivamente solo llegan a ver esto como una cosa más puesta en ese lugar, continuando con el proceso es fascinante ver la obra del tercer expositor donde la naturaleza toma el protagonismo y permite que los lazos personales en una imagen hagan un viaje y sea solo con ver el amanecer la cantidad de sensaciones que tiene en nosotros, en lo personal el impacto de una fotografía como estas me traslada a mi infancia donde quizás en esos momentos era algo muy común ver este tipo de espacios y creer que no tenían ningún significado es saber que eso lo vivimos y lo compartimos con personas que marcaron nuestra vida y que quizás hoy ya no están aquí en este mundo, mas que todo es entender que somos instantes y que capturar ese momento no tiene una nueva oportunidad ya que cada día estará pero no de la misma manera, el último expositor hace un cierre muy interesante con la oportunidad de abrir el pensamiento ya que trae a colisión un tema que para muchos es común para otras personas llega a ser algo de lo cual no se puede hablar, muestra la realidad de un hombre quien a raíz de su inclinación sexual hace arte y comparte su vida haciendo un alto en el camino y queriendo dejar un mensaje de NO A LA DISCRIMINACIÓN es muy gratificante ver que vale la pena conocer cosas nuevas las cuales nos instruyen como seres humanos y hacen que seamos más consecuentes con las cosas que pensamos y decimos, de una u otra manera siempre se pretende mostrar la parte “bonita” de algo como se mencionaba en el libro las cosas se pueden determinar por el grado de belleza y aun siendo de dicha manera y no ser aceptadas en la sociedad siguen siendo bellas, esto hace conexión con “LA DEFORMIDAD DEL MAL NO DISMINUYE LA BELLEZA DEL UNIVERSO”Vincent de Beauvaissiglos XII XIII donde claramente se puede deducir que no somos quien para determinar que es bello y que no.